Cerca de un 10 % de la población adulta presenta piedras en el riñón. Muchas de ellas, en torno al 90 %, se expulsan de manera espontánea, en la mayoría de las veces causando dolor. También hay piedras en el riñón con síntomas que pasan inadvertidos hasta que se realiza una ecografía o una resonancia en busca, a veces, de otro diagnóstico.
Para no llegar a enterarte de que presentas piedras en el riñón mediante una ecografía que busque respuesta a un problema recurrente, es conveniente contar con un buen seguro de salud. En cualquier caso, acompáñanos para conocer los síntomas de piedras en el riñón o arenilla que deben ponerte alerta, con el fin de evitar la cirugía.
Causas de las piedras en el riñón
Las piedras en el riñón son acúmulos sólidos de sales minerales o de sustancias orgánicas. Muchas veces el cuerpo las elimina por la orina, pasando en ocasiones inadvertidas si son muy pequeñas. Pero en caso de no expulsarse cuando su tamaño es reducido, irán creciendo y pueden alcanzar tamaños de varios cm.
¿Qué predispone a sufrir piedras en el riñón, sean del tipo que sean?
- Existen factores genéticos y son los responsables de muchos de los casos de litiasis renal. También empeoran el pronóstico cuando la causa de las piedras en el riñón es otra.
- Las infecciones renales pueden favorecer la aparición de piedras en el riñón con dolor. Suponen un verdadero peligro porque el cálculo puede servir de refugio a unidades formadoras de bacterias, de manera que no les llegue bien el tratamiento antibiótico. Al suspender la antibioterapia creyendo que la infección ha remitido, existe riesgo de septicemia.
- Algunas enfermedades que afectan al metabolismo del calcio y del fósforo predisponen a sufrir litiasis renales.
- El consumo de dosis elevadas de alimentos ricos en calcio o de ciertos suplementos nutricionales puede ser la causa de que se forme una piedra de sales minerales en un riñón.
Síntomas de las piedras en el riñón o arenilla
- Cuando las piedras en el riñón se expulsan pasan a través de los uréteres, aparece el famoso cólico nefrítico siempre que la piedra tenga cierto tamaño, y puede darse el caso de que el uréter se obstruya o de que el cálculo cause una herida y aparezca sangre en la orina.
- Cuando las infecciones de orina son recurrentes y afectan a las vías urinarias superiores, se suele realizar una ecografía para comprobar la presencia o la ausencia de cálculos renales.
- En ocasiones, las piedras en el riñón solo se manifiestan con dolores difusos en la zona lumbar, pero estos casos son peligrosos porque el paciente tiende a dejarlo pasar, hasta que el riñón termina estando afectado.
¿En qué consiste el tratamiento de las piedras en el riñón?
Las piedras en el riñón tienen tratamientos que van desde la ingesta de agua poco duras y el uso de fármacos, dependiendo de la naturaleza y composición del cálculo, para favorecer la expulsión de las arenillas, hasta la operación de piedras en el riñón para los casos más graves o aquellos en los que el cálculo está siendo un foco infeccioso.
Como solución intermedia, existe el tratamiento con ondas de choque que intenta romper piedras en el riñón en fragmentos más pequeños y fáciles de expulsar.
Cuando se requiere una operación para eliminar las piedras en el riñón, existen dos procedimientos. El menos invasivo es la uretroscopia, que permite resolver la mayoría de los casos, reservándose la nefrolitotomía percutánea, más invasiva, para raras ocasiones.
No obstante, desde que se detectan una o más piedras en el riñón es necesario hacer un seguimiento aunque no se muevan, pero sobre todo si se están expulsando o se aplica algún tratamiento para favorecer la expulsión. Y es que mientras los cálculos estén ahí, en especial si se desplazan, existen peligros varios: infecciones, obturaciones de conductos, daños en los tejidos que pueden ser irreversibles, etcétera.
Cerca de un 10 % de la población adulta presenta piedras en el riñón en algún momento de su vida. La mayoría de ellas se eliminan de manera natural, pero hay piedras en el riñón con síntomas tan poco claros que pueden hacerte ir dejando pasar el problema hasta que tu riñón se ve comprometido.
Cuando se te descubre una piedra en el riñón pasas a necesitar un seguimiento, más o menos frecuente dependiendo del tipo de piedra y de si se mueve o no. En muchos casos, una larga lista de espera puede suponer la diferencia entre la necesidad de un tratamiento no invasivo y la cirugía, por lo que te recomendamos contar con un buen seguro médico si padeces este problema, para asegurarte de realizar a tiempo todas tus revisiones.